Neus

Estaba perdida. Había perdido mi luz o lo que yo consideraba mis pilares. La muerte de mis padres y un divorcio después de 28 años de relación sacaron a la luz mis miedos.

Con Eli aprendí a abrazar a mi niña interior, a respirar y sentir las emociones que me venían y a aceptarlas, no ocultarlas, intentar saber por qué venían a mí y que me querían decir. Me escucho y me acepto.